DESTACADAS

¿Cuál es la diferencia entre las categorías de los huracanes?

Ciudad Victoria, Tamaulipas | Redacción

Los huracanes, poderosos remolinos atmosféricos en forma de embudo, son fenómenos climáticos cuya intensidad se relaciona con la temperatura del mar y los cambios regionales de temperatura.
Estos factores no solo fortalecen los vientos, sino que también incrementan la intensidad de las lluvias, convirtiéndolos en eventos extremadamente peligrosos.
Según el Centro Nacional de Huracanes (NOAA), cada huracán se categoriza según la velocidad de sus vientos, un factor crucial que determina el potencial de daños materiales y humanos.
Los huracanes más devastadores, conocidos como “súper huracanes”, pueden alcanzar velocidades de entre 200 a 400 kilómetros por hora. Ráfagas superiores a los 270 km/h, como las registradas durante el huracán “Otis” en octubre de 2023, pueden provocar daños catastróficos.
Para medir la intensidad de un huracán, se utiliza la escala Saffir-Simpson, desarrollada en 1969 por el ingeniero estructural Herb Saffir y el meteorólogo Bob Simpson.
Esta escala clasifica los ciclones tropicales en cinco categorías, del 1 al 5, considerando el riesgo potencial para la población y los bienes.
CATEGORÍA 1: Vientos entre 119 y 153 km/h. Daños a vegetación y casas con estructuras débiles.
CATEGORÍA 2: Vientos entre 154 y 177 km/h. Daños considerables en árboles, inmuebles y tendido eléctrico expuesto.
CATEGORÍA 3: Vientos entre 178 y 208 km/h. Amplios daños en árboles grandes, tejados, puertas y ventanas.
CATEGORÍA 4: Vientos entre 209 y 251 km/h. Daños extremos en viviendas y severas inundaciones.
CATEGORÍA 5: Vientos de 252 km/h o más. Daños catastróficos en toda la zona afectada.
Es crucial destacar que la temporada de huracanes en el Atlántico y Pacífico Oriental se extiende del 1 de junio al 30 de noviembre, durante la cual se monitorean y pronostican estos eventos climáticos.
Además del viento, otros peligros asociados incluyen precipitaciones intensas, inundaciones, marejadas, tornados y corrientes de resaca, factores que también deben ser considerados al evaluar el impacto de un huracán.
El conocimiento y la preparación son fundamentales para mitigar los riesgos derivados de estos fenómenos naturales, garantizando así la seguridad y bienestar de las comunidades afectadas.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *