OPINIÓN

La Comuna; El sur de Tamaulipas: tiempo de la Izquierda

José Ángel Solorio Martínez

Durante el sexenio del presidente, Carlos Salinas de Gortari, muchos actores políticos de la entidad fueron disminuidos en su expresión política y económica. En todo el estado. Por razones de cantidad y de número, estos entes sociales tuvieron mayor notoriedad en la frontera. Sobre todo, los miembros de las burocracias obreras.
Ese fenómeno, de desplazamiento de relevantes piezas sociales también se dio en el sur de la entidad. Y con mayores efectos en la estructura socioeconómica de la región.
El Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) y el Gremio Unido de Alijadores (GUA), fueron achicados por las fuerzas neoliberales. El STPRM, en forma violenta; el GUA, con la diplomacia discreta de las fuerzas coercitivas del estado.
Al perder su poder, una y otra agrupación fueron languideciendo hasta casi desaparecer del escenario sociopolítico de la comarca. Terminaba así un largo periodo de control de la autoridad municipal; en Madero, del proletariado originado por el petróleo y en Tampico, una presencia infaltable en los Cabildos, del GUA.
Por décadas, los trabajadores fueron convidados al pastel público, hasta que los alcanzaron los cambios del presidente Salinas.
Trascendentes cambios.
La izquierda no entraba en ese esquema.
Ni por asomo.
El PRI, fue el beneficiario directo de esos vuelcos.
Por años el priismo neoliberal, gobernó con su hermano el PAN. En la región, se alternaron el poder sin envidias ni rencores. La izquierda encarnada en el Partido de la Revolución Democrática (PRD), era enemigo tanto del PRI como del PAN; y así se mantuvo el escenario.
Por casi cuatro décadas.
El PRIAN, vivió felizmente; en la región y en la nación.
Grandes esfuerzos hicieron hombres y mujeres, para defender triunfos electorales bajo la bandera del Sol azteca, sobre todo en ciudad Madero; en Tampico, las élites estaban contentísimas con las administraciones del PRIAN.
Todos contentos.
Se inició la desincorporación –así llaman los neoliberales a las privatizaciones– de los procesos de carga y descarga del puerto. El GUA, sin los veteranos liderazgos de antaño, fueron maniatados para actuar contra los presidentes neoliberales, y cedieron ante los deseos de Salinas y Zedillo (Y luego Fox y Calderón).
Con el petróleo en proceso de desincorporación, no les interesaba del todo la autoridad municipal.
¿Para qué desgastarse con un Ayuntamiento si tenían el control de la refinería y todos sus derivados?
Tampico era otra cosa.
El puerto, representaba la salida y entrada –la aduana– de productos para el mercado local y nacional; y, sobre todo la salida de hidrocarburos.
El crujido de la estructura neoliberal abrió la puerta para la llegada de otras expresiones.
Es el tiempo de la Izquierda.

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